TRES GENERACIONES DE ESCRITORES EN LOS PERIÓDICOS (1931 – 1936)
Con motivo del “desastre” se hizo palpable la decadencia de la situación española. El retraso frente a otras potencias occidentales se manifestó en toda su evidencia. Por entonces, Baroja entabla amistad en Madrid con Maeztu y con Azorín para formar “el Grupo de los Tres”. Pretendían que España se pusiera a la altura de Europa y se renovara la conciencia nacional. Sin embargo, a principios de 1904 el “Grupo” deja de firmar artículos de forma conjunta. Cada uno seguirá su camino con evoluciones políticas, personales y artísticas diferentes. Pero ya estaba sembrada en los periódicos la conciencia de la semilla crítica y la necesidad de un cambio profundo[1]:
Nunca antes la prensa había estado capitaneada por un grupo tan nutrido de escritores, literatos, artistas, pensadores como a principios del siglo XX y nunca con fines tan altruistas como la educación y transformación de una sociedad que buscaba de modo anhelante su identidad.
Es cierto que muchos de estos escritores participaron en prensa por necesidad económica (era su principal fuente de ingresos para subsistir) pero también muchos de ellos ayudaron a construir el periodismo y la comunicación como profesión digna de recibir reconocimiento social y económico y como responsabilidad al ser formadora de opinión y cultura.[2]
Los autores escogidos han sido tres: Unamuno, Baroja y Machado. Unamuno, como luego se verá, escribe continuamente en los periódicos, incluso se pregunta si no es antes periodista que escritor. Durante el periodo republicano escribe numerosos artículos y, como es lógico, se manifiesta su condición de republicano progresivamente desencantado. Baroja, después del Grupo de los Tres, se dedica a fondo a la novela. Aproximadamente, noventa y nueve forman su corpus novelístico. Sin embargo, nunca deja de utilizar el periódico como medio de expresión. Sus páginas de gran belleza literaria reflejan, a lo largo de este quinquenio, su soledad política junto a su fondo personal, agrio y profundamente ácrata.
El caso de Antonio Machado, más joven que los dos autores anteriores, es algo diferente. Se introduce en el periodismo por cuestiones familiares. Participa en los periódicos y en las revistas de forma paralela al desarrollo de su poesía. La serie Juan de Marinera le consagra como columnista. Sus posiciones políticas se radicalizan progresivamente hasta tomar abiertamente partido durante la contienda.
Puede extrañar que no esté Azorín. La razón es muy simple: son muy escasos sus artículos de tema político durante este quinquenio.
[1] GUTIERREZ J. (Ed. )(2009). De Azorín a Umbral, Un siglo de periodismo literario español. Netbiblo.
[2] Cfr. el capítulo II en CUQUERELLA, Ana p.136.
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